domingo, 9 de febrero de 2014

Exposición sobre el Más-Uno en el cartel - Paula Hochman


Exposición sobre el Más-Uno en el cartel1
"El número dos se regocija de ser impar"
André Gide- "Paludes"

En el dispositivo de estudio que Lacan llamó: "cartel", alguien cumple la función del "Más-Uno" que encarna el salto de lo imaginario a lo simbólico, el salto del grupo que hace masa en torno al Ideal, a un lazo de miembros donde cada uno construye, por el estudio puesto a la luz del dia, un objeto. En otras palabras, la masa es una estructura del yo, y el "cartel", una estructura del sujeto que encuentra una garantía en la función del Más-Uno.
Para entrar en el esclarecimiento de esa función, es pertinente evocar el silencio del analista. Sobre eso, leemos en los Escritos de Lacan:
"C'est à cet Autre au delà de l'autre que l'analyste laisse la place par la neutralité dont il se fait n'être ne-uter, ni l'un ni l'autre des deux qui sont là, et s'il se tait, c'est pour lui laisser la parole." (La Psychanalyse et son enseignement)2
" Es a ese Otro más allá del otro al que el analista deja lugar por la neutralidad de la cual se hace no ser ne-uter, ni uno ni el otro de los dos que estan ahi, y si se calla, es para dejarle la palabra" (El Psicoanálisis y su enseñanza).

En el análisis, la no-respuesta del analista vuelve posible el pasaje del dos al tres, ya que en lugar de responder en el plano de la dualidad imaginaria, se introduce la referencia al Otro. Hay dos que estan ahi, pero encadenados por algo tercero. "Ni uno ni el otro" es la fórmula de la alienación subrayada cuando el analista calla, donde rehúsa un diálogo entre un yo y un tú recíprocos, dando lugar , en cambio, a la alienación a la Verdad.

Leamos:

"Et l'on peut dire qu'en insistant pour que l'analyse de la névrose fût toujours ramenée au noeud de l'Edipe, il ne visait à rien d'autre qu'à assurer l'imaginaire dans sa concaténation symbolique, car l'ordre symbolique exige trois termes au moins, ce qui impose à l'analyste de ne pas oublier l'Autre présent, entre les deux qui d'être là, n'enveloppent pas celui qui parle." (Situation de la Psychanalyse en 1956)3
"Y puede decirse que al insistir en que el análisis de la neurosis fuera siempre referido al nudo del Edipo, no apuntaba a nada más que a asegurar lo imaginario en su concatenación simbólica, pues el orden simbólico exige tres términos al menos, lo que impone al analista no olvidar al Otro presente, entre los dos que por estar alli, no envuelven al que habla." (Situación del Psicoanálisis en 1956)

Encadenado a lo simbólico, lo imaginario posee una matriz de verdad. Pero aislado, reducido a un dos envolvente, se vuelve ilusorio. El punto de partida de la articulación simbólica es la superación del dos por la vía de un agregado, de la introducción de algo "otro", un plus que amplía la estrecha situación de lo dual. El carácter de "envoltura" de lo imaginario cuando se olvida lo simbólico, remite en los textos a Hegel cuando define a la locura como envoltura, como un aislamiento en la envoltura, o sea, el sujeto en estado intrínseco y sin actividad de comentario. De lo cual resulta una relación entre olvidar al Otro y no estar ahi. Si el sujeto olvida el orden simbólico, se cercena como sujeto. Para estar, hay que tener presente al Otro, eso que es más que dos. 4
El nudo borromeo donde Lacan refiere la estructura formada por lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario de la cual depende el sujeto, rehúsa a toda relación de concentricidad o de envolvimiento, y sus redondeles, para anudarse de manera borromea, necesitan un mínimo de tres. Hay tres redondeles y el nudo que forman, donde ese particular nudo llamado borromeo, constituye un agregado implícito a esos tres redondeles , el hecho mismo del nudo.
El Más-Uno se inscribe en esa vertiente pero de manera explícita. Consiste en eso que se agrega al grupo y por lo cual sus miembros se enlazan de manera borromea, provocando el hecho que si no importa cual miembro dimite, el cartel se disuelve.
Pero, volvamos al escrito Situación del Psicoanálisis en 1956 para leer cómo está presentada esa función. Se la vé aparecer como una intervención de lo impar en el totalitarismo del grupo, produciendo un desfasaje entre dos mitades vueltas desparejas y creando así una barrera a la constitución de esa forma patética de relación que es la masa.
Parte de una disposición en serie de números en fila india, que se siguen unos a otros. Dice:
" Dans la série ainsi constituée, o peut dire en effet qu'une place impaire est occupée par la moitié des numéros deux, mais comme la série n'a pas de tête, puisqu'elle se ferme en couronne, rien ni personne ne peut désigner quelle est cette moitié, et donc les numéros deux, chacun pour soi et Dieu pour tous, sont en droit de se prétendre impairs, quoique chacun soit assuré que la moitié, d'entre eux ne peut pas l'être. Mais est-ce forcément vrai? No pas, car il suffit que la moitié plus un des numéros deux puisse se dire être de rang impair, pour que passée la borne (selon la forte expression de M.Fenouilliard) il n'y ait plus de limites, et que tous les numéros deux, quel que soit celui dont on fasse partir la série, soient incontestablement pris dans l'impair dénombré. On voit ici la fonction de l'Un en Plus" " Car cet Un En Plus où le nombre trois se réunit, est assurément la médiation de la Parole ". 5

" En la serie así constituida, se puede decir en efecto que un lugar impar es ocupado por la mitad de los números dos, pero como la serie no tiene cabeza, puesto que se cierra en corona, nada ni nadie puede designar cuál es esa mitad, y por lo tanto los números dos, cada uno para si y Dios para todos, tienen derecho de pretenderse impares, aunque cada uno esté seguro que la mitad de ellos no puede serlo. Pero es forzosamente cierto? No, ya que basta que la mitad más uno de los números dos pueda decirse de rango impar, para que pasado el linde (según la fuerte expresión del señor Fenouilliard) no haya mas limites, y que todos los números dos, cualquiera sea aquel del cual se haga partir la serie, estén indudablemente comprendidos en el impar ennumerado. Se vé aqui la función del Uno en Más" "Pues este Uno En Más donde el número tres se reúne, es seguramente la mediación de la Palabra " (Situación del Psicoanálisis en 1956).

Trazamos, entonces, un ejemplo que se ajuste paso a paso a la serie propuesta y distribuimos en la corona que forma un círculo, seis números dos. De esa forma, el primero, el tercero y el quinto dos, pueden pretenderse impares, ya que ocupan los lugares uno, tres y cinco. Habría un todo dividido en dos mitades complementarias, una mitad par y otra mitad impar. Claro que al tratarse de un círculo, el comienzo de la numeración de los lugares puede variar, provocando que ninguna mitad pueda pretenderse destinada a lo impar. De todos modos, sea cual sea la mitad par y la mitad impar, se trata siempre de una correlación recíproca entre dos mitades donde cada par tiene su impar. Ahora bien, esta situación se quiebra si se agrega uno a la mitad. Una mitad es lo que surge de dividir el todo por dos, su resultado es el de dos mitades sin resto. Si en lugar de tratarse de seis, hay siete números dos, la división por dos va a dar un resto, las dos mitades no son correlativas ya que una mitad presenta un dos más, surge un impar que no tiene par, que "espera a Godot"6. Queda una configuración de términos sin reciprocidad entre sus mitades, ya que un Más Uno introdujo una disimetría.
Esto se puede dibujar con facilidad.
Hagamos seis números dos, en esta serie hay una mitad par y otra impar; hago continuar la vuelta, y se afirma la calidad de los pares y los impares. En esta situación hay reciprocidad, cada par tiene su impar, siendo que un par es definido por ser un entero que dividido por dos no tiene resto.
Ahora, si esa serie se dispone en corona, uno puede empezar la serie en otro lugar, en lugar del uno, el dos, el dos en lugar del tres, con lo cual los que antes eran pares, seran ahora impares, y viceversa, y siempre en reciprocidad. Es, por lo tanto, una relación sin alienación, pues la alienación supone la no reciprocidad. Hay una no reciprocidad absoluta entre el sujeto y el Otro, la introducción que supone el analista cuando está en el plano de reciprocidad imaginaria, pasarle la palabra al gran Otro es alienar el discurso a la Verdad. Hasta acá, en esta configuración, que los pares sean una u otra mitad, la estructura no cambia, es una situación de no alienación.
Lacan dice, esto es forzosamente verdadero? No, porque alcanza con que la mitad Mas Uno de los números dos, puede decirse de rango impar para que no haya mas complementariedad.

Conclusiones
Quien encarna la función del Más-Uno en un cartel, introduce una disimetria, impide la ilusión de la reciprocidad entre los miembros, causando la difícil alienación a lo simbólico, y ello, sin atenuantes, sin la investidura amorosa del sujeto-supuesto-saber, ya que al Más-Uno no se le supone saber el Inconsciente sino hacerlo presente, hacer que lo Otro no se olvide.
El Más-Uno impide que haya dos mitades iguales, impide la reciprocidad entre dos partes complementarias, dando lugar a la alienación simbólica que consiste justamente en la relación de no-reciprocidad con el Otro. De ese modo, los miembros del cartel quedan en una situación homogénea, esto es, ninguno puede reivindicarse par o impar, ni formar parte de una de las mitades complementarias, la segregación queda inviable, la disimetría alcanza a todos, a cada uno. La homogeinización de los integrantes del cartel no es una masificación, es una equivalencia donde cada uno cuenta; si uno dimite, el lazo se suelta. En cambio en un grupo masificado, sólo cuenta el líder, el que es excepcional e ideal.
A diferencia del líder cuya referencia unifica y mantiene al grupo en la distracción, el Más-Uno trae la discordancia que despierta del letargo. Si se pretende seguir durmiendo, el Más-Uno será una figura rechazada.
El Más-Uno no es ni el Ideal ni algo desencarnado, es alguien que se agrega, y que causa la no-reciprocidad. Por qué Lacan no propone simplemente el número impar de los integrantes del cartel y promueve el Más-uno ? Para destacar esa función impar que no se dá de entrada, se necesita una operación: la de agregar Uno, hacerlo advenir, localizar la operación de alienación a la Palabra. Olvidar al Más-Uno, es una forma de reprimir esa operación.


"Paludes"- chapitre: Le banquet- André Gide
« Tu me rappelles ceux qui traduisent Numero Deus
impare gaudet par : “Le numéro Deux se réjouit d’être impair”
et qui trouvent qu’il a bien raison.
– Or s’il était vrai que
l’imparité porte en elle quelque promesse de bonheur – je dis de
liberté, on devrait dire au nombre Deux : “Mais, pauvre ami,
vous ne l’êtes pas, impair ; pour vous satisfaire de l’être tâchez
au moins de le devenir.” »

"Tú me recuerdas aquellos que traducen Numero Deus
impare gaudet por: "El número Dos se regocija de ser impar"
y que encuentran que tiene razón.
- Ahora bien, si fuera verdad que la imparidad lleva en si
una promesa de felicidad, yo digo de libertad, uno debería
decir al número Dos: "Pero, pobre amigo, usted no lo es, impar;
para satisfacerse por serlo trate al menos de devenirlo".



Paula Hochman


1 Presentada en la Reunión Inter-carteles de TEE de Buenos Aires, en marzo del 2013
2 Lacan,J., Ecrits, pag 439, Seuil: Paris. 1966
3 idem, pag 464
4 En la Filosofía del Espíritu, al final del Comentario sobre la consciencia de si, dice: " hemos representado la locura como un estado de envolvimiento del espíritu, como una degradación del espíritu en su absorción de sí mismo " "la primera forma de la locura es la distracción, que consiste en la ignorancia del presente inmediato. Un estado donde el espiritu no tiene noción de si, no está presente en las cosas". Hegel, W. Filosofia del Espiritu. Anaconda: Buenos Aires. 1956. pag 250

5 Situation de la Psychanalyse en 1956, pag 480.
6 Lacan nos dice en este escrito que la verdad de la palabra se entrega en un segundo tiempo así como "el número dos se regocija de ser impar" aludiendo al nivel del Inconsciente donde se encuentran números que no tienen par, esperan a Godot.

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