En sus propias palabras: “el
objeto de trabajo parte de la diferencia que claramente existe entre la
responsabilidad del sujeto del Derecho y aquella que constituye el presupuesto
que el Sujeto toma a su cargo en el dialogo analítico, para de esta
manera trabajar sobre la dimensión que la Palabra tiene en el Derecho y el
Psicoanálisis, como elemento determinante en la construcción de una ética del
Sujeto”.
Los interesados pueden
comunicarse con los vectores:
Elena
Lacombe: elena_lacombe@live.com
Andrea
Mangieri: mangieriandrea@gmail.com
FORMULACION
AFINADA DEL PROYECTO DE TRABAJO
“Las intenciones del
acto criminal y la cuestión de la responsabilidad del Sujeto en el
Derecho y el Psicoanálisis “
Aquel objeto de la
criminología referido a la búsqueda de la verdad en el plano
judicial no puede pretender ser explicado, al menos con exclusividad,
desde un punto de vista sociológico para entender la situación del
criminal –y del crimen- como fenómeno social.
Ciertamente que la
evolución de la noción de responsabilidad (el castigo) del
individuo por la comisión del crimen ha recorrido un largo camino.
Esto fue acompañado también por la necesidad de su probación, lo
cual exigió en un primer estadio, la confesión del individuo. La
tortura se instauro así como principal medio para tal cometido.
Sin embargo, esta práctica
ha resultado ineficaz como método, no solo para buscar la verdad del
crimen y del criminal, en virtud de que el sujeto no puede confesar
aquello que no sabe, sino también para comprender la motivación del
acto criminal.
La gran revolución del
discurso del psicoanálisis –con Freud y después con Lacan-
provoco un movimiento de la razón, de la razón clásica y
científica a partir de la cual se desarrollaba el pensamiento hasta
entonces.
Ya no será la verdad
empírica el camino exclusivo que nos permita llegar al saber. Por el
contrario, la experiencia analítica ha permitido captar, por medio
de la dialéctica que pone en juego, aquello que confiesa el sujeto
por si solo y que refiere tanto a sus actos como intenciones. Al
dejar entrever la aparición de una estructura que se encuentra en
todas las etapas de la génesis del yo, se revela un saber que, por
ser inconsciente, no puede ser dicho ni conocido por otro, teniendo
un status de verdad propio y diferente de la verdad clásica
Se advierte otro saber de
la verdad a partir de la experiencia dialéctica del sujeto, que no
puede entenderse como conductas elaboradas a modo de un manual o guía
que debería seguirse para su comprensión y explicación, tal cual
nos propone la ciencia. Ya no serán los motivos y móviles los que
guían dicha búsqueda, sino el progreso del dialogo.
Es que, con la técnica
psicoanalítica principia una reelaboración de los conceptos de
saber y verdad que establecen una separación definitiva con la
filosofía y el cientificismo: será el propio deseo del sujeto
ratificado una y otra vez en el dialogo analítico, el que le
permitirá conocer aquello que permanece reprimido en el inconsciente
y cuyo contenido se revela como una verdad distinta, como
consecuencia de ser el resultado de una lectura realizada por el
sujeto.
Esto marca una línea
divisoria en la responsabilidad del individuo.
El dialogo analítico
otorga una nueva dimensión a esta responsabilidad, gracias a la
dialéctica que se pone en juego.
Se observa entonces esta
doble arista de la responsabilidad del individuo. El Derecho, por vía
del positivismo, provee un cuerpo normativo y estandarizado, donde la
objetivación es la nota característica. El acto criminal del sujeto
se juzga a partir de ello, con prescindencia de lo que este diga. La
garantía constitucional “Nadie esta obligado a declarar contra si
mismo” lo ratifica. Por ello, la intervención del forense
sustituye la palabra del individuo por una opinión científica,
objetiva, que explica las intenciones que permitieron el acto
criminal.
El psicoanálisis, por su
parte, propone que sea el sujeto quien hable, quien sostenga sus
dichos. No existe un saber anticipado, ni tampoco un manual de
prácticas objetivas a seguir. Se invierten las condiciones del
trabajo: Sera presupuesto que el sujeto se comprometa entonces en el
tratamiento. La eficacia del mismo no podrá lograrse sin ello.
Con independencia de la
situación del crimen y del criminal, la técnica analítica permite
ir más allá de esta cuestión.
Partiendo entonces, de la
diferencia que claramente existe entre la responsabilidad del sujeto
del Derecho y aquella que constituye el presupuesto que el Sujeto
toma a su cargo en el dialogo analítico, propongo entonces trabajar
sobre la dimensión que la Palabra tiene en el Derecho y el
Psicoanálisis, como elemento determinante en la construcción de una
ética del Sujeto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario